3.09.2007

Tan fácil como levantar un pie

Como ya saben estimados lectores, me encuentro en fase de estudio. ¿Dónde? Pues miren, como todavía no han salido al mercado los fascículos "proyecto periodista" tengo que asistir diariamente a la facultad. Como buena estudiante, no me gusta mi universidad. Y perdónenme pero tengo motivos suficientes para afirmarlo, este centro es un lugar fachoso en varios sentidos: una ruina como edificio, y un caos como entidad. Nunca les he dicho donde está para evitar daños colaterales, pero sobre todo porque es bastante vergonzosa. De cualquier forma, les presento las instalaciones para que vengan cuando quieran visitarme.

Para empezar, les cito en la puerta. Bonita ¿verdad? Con sus arbolitos y su escalón para que nos sentemos a fumar. Por esta puerta de único acceso al centro unos entran, otros salen, y a otros se les tiene que ayudar a subir. Entren conmigo.

Mi fantástica universidad tiene cinco plantas y un único ascensor que, cuando quiere funcionar, solo llega hasta la cuarta. Si quieren les presento a mi profesora de publicidad, una señora muy simpática que tiene su despacho en la quinta. Pero si no pueden subir, mejor nos vamos a tomarnos un café. Para pasar a la cafetería primero debemos acceder al patio por esta puerta. Cuidado con el escalón.
¿Un café? esperen aquí fuera sentados en el patio que ya entro y les hago su pedido, no vaya a ser que tropiecen al entrar:

Si tras el café necesitan ir al servicio no se preocupen, que les acompaño. Bajen el escalón y si pueden pasar entre las tres puertas, enhorabuena, ya están dentro.

Siguiendo nuestro paseo por las bonitas instalaciones del centro, les llevo a uno de los mejores rincones del edificio: el estudio de televisión. Eso si, no se cansen que tienen que subir estas escaleras:

No hay universidad que se precie sin biblioteca, vengan a ver la nuestra. Mejor la observan desde la puerta, que hay que subir una grada y nos podemos caer. De todas formas no se pierden nada es una sala pequeña en la que no se puede estudiar por los ruidos que le atacan desde el exterior. Los libros tampoco los pueden tocar. Es una biblioteca cerrada y se los tiene que pedir a la señorita de la ventanilla. ¿Alcanzan a verla desde bajo?

Les podría mostrar todos los escalones, peldaños y escaleras que pueden subir y bajar en este centro. Las baldosas y adoquines con los que pueden tropezar y las puertas estrechas por las que quizá no puedan pasar. Pero ya está bien por hoy. Espero que hayan disfrutado de la visita y de las instalaciones. Lo siento sobre todo por los que vayan en silla de ruedas, tengan pies escayolados o necesiten muletas. Esta universidad no está habilitada para minusválidos. Algo tan sencillo como levantar un pie puede en ocasiones resultar difícil para muchos otros. Pero ese tema ya lo dejo en manos de la otra María, que les explicará mejor el asunto de la movilidad.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Y no te olvides de los ordenadores. las salas donde cuando quieren funcionan, cuando funcionan no tienen ratón y en los que se está super estrecho. Recuerdo hace unos días a una compañera de la Universidad en silla de ruedas, era incapaz de acercarse a un ordenador por la estrechez de la sala.
En fin...un edificio con infinidad de barreras

María G. G. dijo...

¡Felicidades! Has sido muy valiente al denunciar algo que hacía mucha falta, la necesidad de adaptación de "nuestra" Universidad. Si algunos de los comegambas de los directivos leen el post la respuesta será clara: estamos en proceso de reformas, mirando nuevos terrenos para el campus, etc..!jaja!!desde que empecé la carrera estoy escuchando el mismo cuento y todo sigue igual. Están obligados por ley a adaptar el centro, pero parece que las necesidades de las personas con discapacidad no se tienen en cuenta en esta ¡¿Universidad Católica!? JAJA!!Que bonito suena todo el discurso pero a la hora de actuar... nada por aquí nada por allá! Un saludo! Ánimo!

Tomás Miralles dijo...

Ole tus patitas pulguita. muy buen artículo. la verdad es que es una verguenza, tanta pantallita de plasma y luego barreras arquitectónicas. Desde que asistimos a aquél seminario de periodismo sin barreras soy consciente de la poca consideración que se tiene con los usuarios de movilidad reducida.
Si la universidada promueve seminarios como aquél, que sea la primera en comprometerse con la cusa.
besos pulguita

Joaquín H. C. dijo...

Ojalá hubiera más pulgas como tú denunciando las injusticias que cada día tienen lugar en nuestro mundo y en concreto en nuestro centro de estudios. Es vergonzoso que en pleno siglo XXI una facultad como la nuestra tenga unas instalaciones con innumerables trabas para las personas de movilidad reducida. Un cero para el CEU de Elche y un diez para esta pulga. Enhorabuena María (que no sirva de precedente, jeje).

Anónimo dijo...

Enhorabuena por tu artículo, tienes toda la razón en todo lo que has dicho.Nuestro centro no tiene desperdicio alguno. Mis felicitadiones.

Sergio M. Mahugo dijo...

Felicidades, María. Me parece un gran post y un ejemplo de 'periodismo ciudadano' de denuncia. Sólo ha faltado -para ser periodismo- tratar de hablar con los responsables del centro para que den una explicación. Mmm... 'camarera'? Me empiezas a dar miedo...