La hormiga, el microinsecto trabajador

Tiene un amigo que se llama Pedro, es inocente y va muy feliz por la vida... no les estoy hablando de Heidi, sino de Joaquín Hernández Castillo. El caso es que podría contarles muchas cosas que se de primera mano sobre él, pero como el ejercicio consiste en hacer googling, me tengo que fiar de lo que el buscador en cuestión tiene registrado sobre la persona. Como google no me da pistas, lo primero que se me ocurre como pulga que soy es llamarle hormiga. Esta hormiguita trabajadora, perfeccionista y ordenada ha ostentado el título de honor al más pesado del estudio de televisión con sus interminables y perfectos reportajes, es reconocido por su risa escandalosa en cualquier rincón del centro, es el estudiante perfecto que lo saca todo adelante, la vocecilla que nos recuerda a los desmemoriados guardar los documentos en las asignaturas digitales. Pero sobretodo, es un pelota (Sergio como profesor seguro que lo corrobora). Además de pelota es organista, profesor de piano, técnico de BBC, tiene una novia con nombre de castillo y un proyecto con su nombre en una radio local. “Proyecto Hernández”. Un nombre ambicioso, como él.

Y como diría la hormiga a la cigarra, con sus aires de grandeza, “el éxito no se improvisa”. Aunque me de rabia, he de reconocer que la hormiga tiene razón y yo me siento cigarra. Voy a morir de hambre durante los exámenes.